2/9/13

Madres, ¿cómo compaginar carrera profesional y familia?

La sensación de no llegar nunca…

Cómo compaginar carrera profesional y familia?Las mujeres de hoy en día se han preparado a conciencia para acceder a un puesto de trabajo que cumpliera sus expectativas profesionales. Las más afortunadas encontraron una persona con la que compartir su vida e ilusiones. En ese momento tan delicioso decidieron tener hijos. Todo era tan bonito: su vida en pareja, su carrera profesional,… pero con la llegada de los hijos todo se desmoronó…

En ese momento, algunas mujeres, sin saber por qué, se sienten desorientadas en su faceta de madres, agotadas, con angustia, con sentimientos de culpabilidad, en definitiva infelices. ¿Por qué nadie les contó esto antes de tener niños? Ellas querían tener hijos, incluso a algunas les costó mucho esfuerzo el conseguir tenerlos. ¿Por qué no son felices?, ¿por qué necesitan la ayuda de un psicólogo?

Afortunadamente, hoy en día tenemos las mismas oportunidades formativas y laborales que los hombres, pero a veces se olvida un aspecto esencial, no somos igual que los hombres; las mujeres estamos programadas para traer niños al mundo y criarlos. Esto que está en nuestros genes, no se puede borrar en unas generaciones. Que nadie se asuste ni se ofenda, no estoy proclamando que la mujer se quede en casa al cuidado de los hijos (pero si alguna quiere hacerlo, tiene el mismo derecho que aquella que decide trabajar fuera de casa). Simplemente estoy explicando la batalla interna a la que se enfrentan en silencio las mujeres: el deseo de desarrollarse profesionalmente frente al deseo de criar a sus hijos.

Son una minoría las mujeres que apuestan decididamente por uno de los extremos de esta cuestión: dejar de trabajar voluntariamente para estar al cargo de los niños o delegar la crianza de sus hijos para dedicarse de lleno al desarrollo de su brillante carrera profesional. En cualquiera de los dos casos, estas mujeres no sufrirán esta angustia, pues tienen claro sus necesidades y eligen de forma consecuente.

Sin embargo, esto no es lo común, la mayoría han optado por el camino intermedio: compaginar trabajo y familia. En la mayoría de los casos la decisión ha venido motivada por la inercia de continuar con el trabajo elegido y en otros tantos por necesidades económicas; pero pocas veces la mujer ha evaluado conscientemente que quería hacer tras el nacimiento de sus hijos. De repente se encuentra con las obligaciones que genera el niño que chocan con las responsabilidades del trabajo (tiempo fuera de casa). Este conflicto de responsabilidades es lo que provoca esta angustia y sentimientos encontrados. En un extremo, si reduce su jornada laboral se siente frustrada porque todo el esfuerzo por llegar hasta ahí habrá sido en vano y teme que se pierda el reconocimiento a su labor profesional; y en el otro extremo, en el caso de no poder atender a sus hijos, le embargan sentimientos de culpabilidad, incapacidad y desasosiego. Las mujeres que están en estas situaciones sienten que elijan lo que elijan, estarán renunciando a algo importante de ellas mismas.

¿Cómo resolverlo?, pues dependerá de cada mujer, pero lo primero será parar y replantearse lo que verdaderamente es importante para ella. En primer lugar, habrá que analizar la situación económica y familiar, y evaluar cuánto tiempo y en qué horario la necesitan sus hijos. Analizándolo racionalmente es posible que encuentre la forma de compaginarlo con su trabajo. El buscar alternativas creativas puede ser la solución (si la empresa lo permite).

Es hora de ser creativos y proponer horarios alternativos en nuestras empresas para poder seguir desarrollando nuestra carrera y atendiendo a nuestros hijos.

En el caso de no encontrar un equilibrio que le satisfaga, el simple hecho de escuchar lo que dice su instinto y analizar lo que para ella es importante ya será algo positivo; pues estará más cerca de conocerse, aceptarse y reconciliarse con ella misma. Si aun así no logra estar más a gusto con ella misma, sería bueno acudir a un psicólogo para que le oriente y le facilite las herramientas necesarias para solucionar este conflicto interno que tanta ansiedad le genera.

La resolución de este conflicto llegará cuando la madre analice su situación familiar, escuche sus necesidades para establecer sus prioridades, y así pueda aceptarlas para reconciliarse con ella misma.

¿Cómo actuar cuando la madre no se encuentra bien emocionalmente? ¿Cómo afecta esto a los hijos? Numerosos estudios concluyen que si la madre sufre desequilibrios emocionales como depresión o ansiedad, estos influyen directamente en el comportamiento y en el estado emocional de los hijos; de forma que se incrementan las probabilidades de que los niños desarrollen, a su vez, problemas emocionales. De ahí la importancia de atajar rápidamente el malestar de la madre antes de que provoque algún trastorno más difícil de abordar.

No todo el mundo consigue el equilibrio perfecto, pero en nosotros está aceptarlo y no castigarnos por no alcanzarlo.

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Autor: María José Orgaz
Fuente: Espectacularkids