10/10/13

La educación de este siglo debería basarse en estos cuatro pilares fundamentales


En el año 1996, la Comisión Internacional para la Educación presidida por Jaques Delors, presentó un informe a la UNESCO, estableciendo cuáles deberían ser los pilares de la Educación en el siglo XXI. Creo que conviene que repasemos esos pilares porque nos pueden servir como guía en una sociedad tan cambiante, en la que (a veces) familias y escuela no sabemos dónde situarnos y qué papel adoptar en el proceso educativo de nuestros hijos.

“La educación se ve obligada a proporcionar las cartas náuticas de un mundo complejo y en perpetua agitación y, al mismo tiempo, la brújula para poder navegar por él“. Recordemos esta frase como si la tuviéramos grabada a fuego, y creamos en ella, ¿por qué?, pues porque la mayoría de las informaciones que les llegan (o a las que acceden) nuestros hijos son efímeras y no tienen ninguna utilidad. Y sin embargo la base de las competencias del futuro son la gran cantidad de conocimientos teóricos y técnicos que los niños adquieren durante toda su vida.

El mundo es cambiante, los “saberes” pueden resultar inestables, pero las personas debemos tener cada vez más capacidad de adaptación. Creo que la capacidad de adaptación y la necesidad de avanzar están ligadas a nuestra especie, pero los niños necesitan que su evolución esté sujeta por bases firmes que le proporcionen las estructuras sociales con las que se relaciona (la familia y el colegio principalmente).

¿Cuáles son los cuatro aprendizajes fundamentales que les harán falta a los niños?
En el informe mencionado, el señor Delors habla de instrumentos de comprensión, de influir sobre el entorno, de participación y cooperación,… Entre todas las vías (o pilares) del saber hay múltiples puntos de contacto, coincidencia e intercambio. Todas deberían recibir una atención equilibrada para que la educación sea una experiencia global que dure para toda la vida, sin embargo no es así; y muy probablemente los padres y madres nos veamos en la obligación de construir los pilares que no se trabajan desde la escuela, o de transmitir a las instituciones educativas, la conveniencia de un trabajo conjunto.

Porque la educación desde la Escuela, sigue orientándose a que los alumnos “aprendan a conocer”, y en menor medida “aprendan a hacer”, ¿qué ocurre entonces con las otras vías?
Una nueva concepción más amplia de la educación debería llevar a cada persona a descubrir, despertar e incrementar sus posibilidades creativas, actualizando así el tesoro escondido en cada uno de nosotros, lo cual supone trascender una visión puramente instrumental de la educación, percibida como la vía obligada para obtener determinados resultados (experiencia práctica, adquisición de capacidades diversas, fines de carácter económico), para considerar su función en toda su plenitud, a saber, la realización de la persona que, toda ella, aprender a ser

Mucho me temo que las buenas intenciones de la Comisión se han topado con un hueso duro de roer: en los países industrializados educación es igual a producción, alumno es igual a cúmulo de conocimientos almacenados. ¿Estamos a tiempo de ayudar a que los niños aprendan a ser?

Aprender a conocer
Este tipo de aprendizaje puede ser medio si se entiende que cada persona puede aprender a comprender el mundo que le rodea, y fin si se consigue que exista un placer por comprender o descubrir.

Sin embargo, puesto que el conocimiento es múltiple e infinitamente evolutivo, resulta cada vez más utópico pretender conocerlo todo; por ello más allá de la enseñanza básica, la idea de un saber omnisciente es ilusoria. Al mismo tiempo, la especialización  ⎯ incluso en el caso de futuros investigadores ⎯ no debe excluir una cultura general

“Es fundamental que cada niño , donde quiera que este, pueda acceder de manera adecuada al razonamiento científico y convertirse para toda la vida en un ‘amigo de la ciencia’ en los niveles de enseñanza secundaria y superior, la formación inicial de proporcionar a todos los alumnos los instrumentos, conceptos y modos de referencia resultantes del progreso científico y de los paradigmas del época’.


Aprender a hacer
Esta vía de conocimiento, difícilmente la podemos separar de la anterior, aunque está más vinculada a las habilidades que en el futuro permitirán a los alumnos desarrollar una profesión. Porque los niños deben saber adaptar las enseñanzas recibidas al futuro mercado de trabajo, de evolución nada previsible.

Por otro lado el significado de “aprender a hacer” ya no es tan simple como cuando antaño alguien se preparaba para una tarea concreta en una industria o comercio; hoy el saber hacer ya no es “mera transmisión de prácticas más o menos rutinarias”, puesto que el mundo académico y laboral está en constante evolución.

Antes la llamábamos calificación y ahora competencia
Cada vez más, los empleadores valoran el conjunto de competencias de las personas, estas (las competencias) combinan el comportamiento social, la capacidad de iniciativa / asumir riesgos y la calificación que la persona adquiere mediante la formación técnica y profesional. Se considera que los trabajadores del saludo deberán “saber ser” , y resolver conflictos. ¿Difícil tarea la de los educadores y padres de los hoy niños?, puede, pero también es estimulante.

Aprender a vivir juntos, a vivir con los demás
Hoy en día tenemos la oportunidad de comunicarnos y compartir con miembros de grupos étnicos y culturales diferentes, la escuela es un reflejo de esta realidad; y no sólo eso, sino que en contextos de igualdad, es más fácil conseguir los objetivos intrínsecos a la convivencia, potenciando la cooperación serena y la amistad. Por lo tanto, la escuela debería reflexionar sobre la competitividad en las tilas, para equilibrar la balanza del lado de la resolución de conflictos.

Porque el el futuro, los niños serán adultos y puede que deban participar en proyectos comunes con personas distintas a ellos

Aprender a convivir
Hemos llegado al meollo de la cuestión: porque toda persona debería tener pensamiento autónomo y crítico, además de ser capaz de elaborar juicios propios para poder determinar sin influencias externas qué debe hacer en las diferentes circunstancias de la vida.

El problema ya no será tanto preparar a los niños para vivir en una sociedad determinada sino, más bien, dotar a cada cual de fuerzas y puntos de referencia intelectuales permanentes que le permitan comprender el mundo que le rodea y comportarse como un elemento responsable y justo. El pensamiento autónomo parece una forma de autodefensa frente a un sistema alienante, pero en cambio se puede convertir en la oportunidad para que las sociedades progresen, porque da rienda suelta a la creatividad y la innovación.

Y ahora decidme, ¿os dais cuenta de la importancia que tiene la familia en la consolidación de los cuatro pilares de la educación que necesitan los hijos?, puede que en lo tocante a aprender a conocer y aprender a hacer tenga un papel dominante la escuela (solo puede), pero desde luego, encuentro que es indiscutible que los padres deben aportar su granito de arena para que los niños aprendan a convivir (transmitiendo valores), y aprendan a ser (educando desde la familia para que se sientan seguros en la vida.

¿Cómo? aprovechando los distintos momentos educativos que nos brinda la vida familiar, acercándoles a la cultura, transmitiendo experiencias, ayudándoles a valorar alternativas, implicándonos en los procesos educativos, … en definitiva, estando presentes en sus vidas mientras dure la infancia. Después, serán ellos quienes tomen las riendas.

Mientras los sistemas educativos formales propenden a dar prioridad a la adquisición de conocimientos, en detrimento de otras formas de aprendizaje, importa concebir la educación como un todo. En esa concepción deben buscar inspiración y orientación las reformas educativas, en la elaboración de los programas y en la definición de nuevas políticas pedagógicas

Fuente: Pequesymas.com
Link Original: http://www.pequesymas.com/educacion-primaria/la-educacion-de-este-siglo-deberia-basarse-en-estos-cuatro-pilares-fundamentales