24/1/13
Revisiones pediátricas del bebé
Calendario de revisiones del bebé sano de 0 a 18 meses
Desarrollo
La atención sanitaria a la población infantil constituye actualmente un elemento básico de la Atención Primaria de Salud. La implantación del Programa del Niño Sano, desde hace más de una década, ha hecho posible la prevención primaria, ya que las principales causas de mortalidad se relacionan con hábitos que comienzan a desarrollarse en la infancia.
Este Protocolo de Salud Infantil se divide en tres periodos con diferentes objetivos específicos en cuanto a la detección de enfermedades y cuidados en el niño.
Objetivos de las revisiones pediátricas del bebé y del niño
Las revisiones pediátricas del bebé
0 a 23 meses. Está centrado en la prevención de enfermedades infecciosas y congénitas. Facilita la adaptación de los padres al cuidado del bebé.
2 a 5 años. Se incide especialmente en detectar problemas de desarrollo y defectos sensoriales, asi como en la educación de hábitos básicos (sueño, higiene...).
6 a 14 años. Durante este periodo, se adquieren los hábitos definitivos de alimentación, higiene, conducta, sueño... Es importante trabajar con los padres el ambiente familiar.
El objetivo general es alcanzar un alto grado de salud en la población infantil, disminuyendo su morbimortalidad mediante la prevención primaria y secundaria. Mientras que los objetivos específicos son:
- Fomentar hábitos saludables en la población pediátrica
- Favorecer un adecuado ambiente familiar y social
- Prevenir la aparición de enfermedades infecciosas mediante la vacunación
- Realizar una detección precoz de anomalías congénitas y de riesgos para la salud.
Calendario de las revisiones pediátricas para bebés de 0 a 18 meses
Los centros de Atención Primaria, por tanto, han establecido un calendario de revisiones recomendadas, que se pautan según la edad del niño, con unos contenidos básicos adaptados al desarrollo normal. Para tener una referencia de cuándo tocan las visitas al pediatra, éste es el calendario revisiones del niño sano:
Recién nacido. Debe llevarse a cabo entre el quinto y el décimo día de vida. Es aconsejable que la realice el pediatra y el profesional de enfermería conjuntamente para establecer el primer contacto con los padres del niño. A partir del quinto día del nacimiento, en el centro de salud, segunda prueba del talón. Los resultados llegarán al casa en el siguiente mes y nos indicarán si el niño tiene fenilcetonuria, una enfermedad metabólica que tratada a tiempo tiene muy buena evolución y no deja ninguna secuela.
La apertura de la historia clínica se realiza tomando nota de los antecedentes obstétricos maternos (gestaciones, abortos, nacidos vivos), de la historia del embarazo, de los antecedentes perinatales (edad gestacional, tipo de parto, test de Apgar, reanimación, peso, talla y perímetro
cefálico, peso al alta hospitalaria, pH y grupo sanguíneo, emisión de meconio y diuresis, ictericia) y de los antecedentes familiares (consanguinidad, enfermedades). También se valora la actitud ante la lactancia y el tipo de lactancia; la presencia de vómitos y/o regurgitaciones y las características de las micciones (chorro miccional en varones) y deposiciones.
Para prevención del raquitismo, se recomienda que, durante el primer año de vida y a partir de la segunda o tercera semana, se requieren de 200 a 400 UI de vitamina D al día, dado que no siempre la exposición solar del bebé es adecuada, aunque en este punto existe en la actualidad controversia.
Al mes. Revisar el calendario vacunal. A los hijos de madres portadoras del virus de la hepatitis B debe administrárseles la segunda dosis de la vacuna frente a la hepatitis B al mes de vida. Anotación de percentiles de peso, talla y perímetro craneal. Exploración física, visual y auditiva. Especial atención a la coloración de piel y mucosas (perfusión, hidratación, ictericia, palidez, angiomas, nevus...), a la cabeza (fontanelas, suturas, deformidad de la cabeza por decúbito), al cuello (masas, movilidad), auscultación cardiopulmonar y palpación de pulsos periféricos y al sistema neurológico (actitud, tono, movilidad y reflejos). Valoración del desarrollo psicomotor (mantiene la cabeza,
sigue una luz, reacciona a los sonidos). Consejos para prevenir el Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante.
A los 2 meses. Primeras vacunas del bebé, según el Calendario Vacunal de cada comunidad autónoma. Normalmente, a los dos meses recibirá la segunda dosis de la Hepatitis B, una trivalente con la Difteria, el Tétanos y la Tos ferina, la vacuna de la Polio y dos vacunas contra la Meningitis, la Haemofilus y el Meningococo C. Se confirma que el bebé se desarrolla dentro de los parámetros normales de su edad tomando nota de su peso, talla y perímetro craneal. Se comprueban sus reflejos y su reacción a los estímulos. Se recomienda un suplemento de vitamina D para evitar el raquitismo.
A los 4 meses. Administración de las vacunas correspondientes a su edad: vacunas frente a DTP, Hib, polio y Meningoco C. Se debe informar de la existencia de otras vacunas que no se incluyen en el calendario: Neumococo 7-valente. Se realizará una exploración física con especial atención a fontanelas, caderas, genitales y desarrollo psicomotor. Pautas de alimentación, consejos para prevenir la muerte súbita del lactante, estimulación psicomotriz y prevención de la caries dental.
A los 6 meses. El bebé recibirá otra dosis de las vacunas de la triple vírica DTP, Hib, polio, meningococo C y Hepatitis B. Se informará de la existencia de otras vacunas que no se incluyen en el calendario como el neumococo 7-valente. La exploración física se centrará en fontanelas, caderas, genitales, desarrollo psicomotor. Pautas de alimentación, consejos para prevenir la muerte súbita del lactante, estimulación psicomotriz y prevención de la caries dental.
A los 9 meses. Exploración física y atención a la educación para la salud: alimentación, prevención de acciddentes, prevención del tabaquismo pasivo, cuidados e higiene (baño y paseo diario), fomentar la autonomía y la autoestima, reforzar el vínculo afectivo y prevenir la caries dental evitando que el niño duerma con un biberón en la boca.
A los 12 meses. Se suspende la administración de vitaminas y se recomiendan los paseos para que obtenga la vitamina D del sol. Introducción de nuevos alimentos progresivamente: clara de huevo cocida, jamón york, legumbres trituradas (lentejas y garbanzos). Pueden introducirse alimentos sólidos para completar la cena (carne, pescado, croquetas, pasta, etc). No suplementar con sal o azúcar las comidas. Estimular la masticación. Iniciar la administración del alimento troceado. Exploración física completa con especial atención al desarrollo psicomotor (se mantiene de pie solo, camina con apoyo, dice tres palabras con significado, señala con el índice), a la vista y la audición, genitales, percentiles y dentición. Respecto a las vacunas, se informará de las que no se incluyen en el calendario vacunal oficial como la varicela y el neumococo 7-valente.
A los 15 meses. Vacunar de la triple vírica. En los niños alérgicos al huevo se vacunará con Moruviraten® (vacuna frente a sarampión y rubéola). Se podrá informar de otras vacunas que no están incluidas en calendario: vacuna conjugada heptavalente contra el Neumococo y vacuna de la varicela. Exploración física general con valoración del desarrollo psicomotor (camina sólo, hace garabatos, dice 3-6 palabras, imita a los adultos, obedece órdenes). Consejos de alimentación: realiza una progresiva incorporación de los alimentos, según la tolerancia y dentición, consiguiendo una dieta variada: leche (al menos 500 ml diarios); cereales, verduras y frutas diarias; patatas, arroz o pasta diarios; carne o pescado blanco diarios; huevos, no más de 2 o 3 semanales; aceite de oliva diario; legumbres trituradas con frecuencia. Evitar las vísceras y la grasa visible de la carne o pescados. Fomentar la incorporación del niño a la mesa familiar, estimulando hábitos saludables mediante la imitación. Recomendaciones en cuanto al calzado: utilizar zapatos flexibles, ligeros, transpirables, con suela de moderada fricción y muy flexibles. La puntera debe ser ancha y reforzada y el contrafuerte del talón debe ser fuerte para evitar que el talón se desvié hacía afuera.
A los 18 meses. Administrar las vacunas correspondientes a su edad: vacuna DTPa, polio y Hib. Exploración física general y valoración del desarrollo psicomotor: sube escaleras de la mano, pasa páginas dos o tres a la vez, dice “no”, señala 2-3 partes de su cuerpo, dice 10-15 palabras, maneja la cuchara... Signos de alarma: ausencia de deambulación. Consejos de alimentación: su dieta puede ser tan variada como la de un adulto, mediante una progresiva incorporación de los alimentos, según la tolerancia y dentición. La dieta variada se consigue siguiendo las mismas indicaciones que a los 15 meses. Además puede introducirse el pescado azul.
Fuente: GuiaInfantil.com
Link Original: http://www.guiainfantil.com/articulos/bebes/desarrollo/revisiones-medicas-del-bebe/