22/3/15

Durante el embarazo, toma el sol con precaución


Pasar el embarazo en el verano supone en muchos casos hacerlo coincidir con el periodo de vacaciones y quien más quien menos sale a la playa, a la piscina o a la montaña. Pero muchas mujeres embarazadas se preguntan, ¿es bueno tomar el sol en esta etapa?

El sol aporta muchos beneficios si se toma con precaución y lo mismo sucede en el caso del embarazo. Las mujeres embarazadas han de extremar las precauciones durante el verano, ya que la piel es más sensible.

Entre las propiedades beneficiosas del sol se hallan la relajación, bienestar psíquico, prevención de la fatiga, el fortalecimiento de huesos porque ayuda a sintetizar la vitamina D (contribuye a la correcta absorción del calcio)…

De este modo beneficiamos a nuestro organismo y al del bebé (también llega a sus huesos en formación, fortaleciendo la masa ósea) y no queremos renunciar a todo ello, pero hay que ser prudentes a la hora de tomar el sol. ¿Por qué?

Hemos visto en otras ocasiones cómo pueden aparecer manchas cutáneas por el cambio hormonal, manchas que pueden intensificarse por el efecto del sol y tardar más en desaparecer.

Recuerda que el temido cloasma o “máscara del embarazo” son manchas oscuras que aparecen en la piel a consecuencia de los cambios hormonales durante el embarazo, sumados a la exposición al sol.

Un exceso de calor o las quemaduras también han de evitarse. Por ello es importante seguir los siguientes consejos a la hora de tomar el sol embarazadas o si vamos a estar mucho tiempo al aire libre.

Consejos para tomar el sol durante el embarazo
Utiliza crema de protección solar, pero consulta los componentes para que no afecten al feto. 

La protección solar, mejor sin PABA (una sustancia sobre la cual se sigue investigando). 

Escoge un factor de protección adecuado a tu tipo de piel, alto (+50) incluso si eres de tez morena. Aplícatela media hora antes de exponerte al sol y renueva la crema cada dos horas o después del baño. Pon especial atención a los lugares en los que ya tienes manchas cutáneas para evitar su oscurecimiento.

Evita las horas centrales del día, cuando el sol incide más fuertemente. Las primeras horas de la mañana o del atardecer son las más adecuadas. Al final del verano y en otoño, el sol no quema tanto y aún hace una temperatura agradable.

No pases muchas horas al sol, intenta pasar tiempo protegida a la sombra, por ejemplo en la playa bajo la sombrilla.

Utiliza ropa fresca para protegerte de la exposición prolongada al sol y gorras para evitar el sol directo en la cara.

La hipertermia o aumento excesivo de temperatura puede afectar al feto y causar malformaciones. Recuerda que durante el embarazo la temperatura corporal aumenta, y en consecuencia hay que estar especialmente atentos para evitar un golpe de calor, entre las que se incluyen no tomar el sol en exceso (o evitar largos baños en aguas muy calientes).

En lugar de estar tendida en una toalla al sol (además, boca arriba no se recomienda al final del embarazo) puedes dar paseos por la orilla del mar, estarás más fresca y caminar ayudará a la circulación.

En cuanto a si las embarazadas han de usar bañador o bikini, ya hemos visto que es indistinto: sigue tus gustos. El sol sí puede dar en la tripa, no hay por qué esconder la barriguita si la protegemos con la crema adecuada y no es por mucho tiempo.

Lo único a tener en cuenta es que con bikini y la barriga al sol puede oscurecerse la línea alba, esa que suele salir en el embarazo y que recorre el centro de la tripa hasta el ombligo.

En definitiva, durante el embarazo tomar el sol con moderación y precaución es la clave. No renuncies a esos baños de sol ligeros y revitalizantes siguiendo todos los consejos anteriores. Aún quedan muchos días en los que apetece ir a la piscina, playa o montaña...

Fuente: http://www.bebesymas.com
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