La hemorragia vaginal es uno de los riesgos inmediatos del postparto, por suerte no demasiado frecuente. Se define como la pérdida de más de 500 mililitros de sangre en el alumbramiento o las 24 horas siguientes al parto (1.000 ml. en caso de cesárea).
Las hemorragias postparto se producen en aproximadamente el 10% de los alumbramientos y son una de las causas más importantes de morbi-mortalidad materna en el mundo, aunque en nuestro entorno suelen ser bien controladas.
Os comentábamos hace poco que alrededor del 75% de los casos de hemorragia postparto son debidos a la atonía o hipotonía uterina, pero existen otras causas de la hemorragia postparto que os pasamos a comentar.
Las razones principales que las provocan son:
La atonía uterina es el motivo habitual de la hemorragia del alumbramiento, producida al no producirse la contracción del útero y no realizarse la hemostasia (para detener la hemorragia) por compresión mecánica de los vasos del lecho placentario por las fibras musculares uterinas.
Los desgarros del canal del parto son la segunda causa más frecuente de hemorragia posparto. Los desgarros pueden coexistir con un útero atónico. La hemorragia posparto con útero retraído se debe generalmente a un desgarro del cuello uterino o de la vagina. Hay distintos tipos de desgarros y con la atención médica adecuada se intentarán reparar para detener la hemorragia. Estos desgarros o laceraciones normalmente se manifiestan como un sangrado vaginal activo propio de partos instrumentados o con episiotomía que hay que proceder a reparar mediante sutura. En ocasiones también pueden hacerlo como hematomas (existen diferentes tipos de hematomas pelvianos: vulvares, vaginales y retroperitoneales), en la mayoría ocasionados por laceraciones de vasos venosos durante el parto.
Placenta retenida, que se da en aproximadamente del 0'5% al 1% de los nacimientos. Se produce si la tracción controlada del cordón no da resultado y la placenta no se expulsa después de 30 minutos.
También puede producirse una retención de restos placentarios si parte de la placenta (uno o más lóbulos) queda retenida, lo cual también impide que el útero se contraiga eficazmente.
Las alteraciones de la coagulación o coagulopatías, que pueden ser congénitas (enfermedad de Von Willebrand, Hemofilia tipo A) o adquiridas durante el embarazo (preeclampsia grave, Síndrome HELLP, embolia de líquido amniótico, abruptio placentae, sepsis).
La rotura uterina, que se define como la pérdida de integridad de la pared del útero. El factor de riego más comúnmente implicado es la existencia de una cirugía uterina previa, siendo el tipo de cesárea con histerotomía transversa segmentaria baja la más frecuente. Otros factores relacionados son los partos traumáticos (instrumentales, grandes extracciones, distocias) y la hiperdinamia o hiperestimulación uterinas.
La dehiscencia uterina: a diferencia de la rotura uterina propiamente dicha, en la dehiscencia se produce la separación de la capa miometrial que asienta sobre una cicatriz uterina previa. Raramente son responsables de hemorragias postparto moderadas-graves.
La inversión del útero se produce cuando este órgano se ha invertido cuando se vuelve del revés: la parte interna se convierte en externa durante la expulsión de la placenta. Suele producirse por la tracción indebida del cordón o una opresión continua y exagerada del fondo uterino cuando la placenta todavía no se ha expulsado. La corrección de la inversión uterina debe realizarse de inmediato y según el grado de inversión.
La hemorragia postparto es una de las principales causas de mortalidad materna tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados. En todo el mundo, según estima la OMS, la hemorragia postparto severa se presenta en alrededor del 11% de las mujeres que tiene parto de un nacido vivo.
La incidencia es mucho mayor en los países en vías de desarrollo, donde gran parte de las mujeres no tiene la posibilidad de tener acceso a un parto asistido por personal capacitado y donde la conducta activa en el alumbramiento puede no ser la práctica de rutina.
Ante una hemorragia postparto es crucial la atención médica para una actuación inmediata, y cada factor desencadenante guiará el procedimiento para detener la hemorragia y evitar más daños en la madre, según las causas y evolución. Aunque hay algunos factores de riesgo, la mayor parte de hemorragias postparto se producen en mujeres que no presentan dichos factores.
Fuente: http://www.bebesymas.com
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