8/10/14
Algunos consejos para hacer más fácil la transición de la cuna a la cama
El gran problema de los bebés es que crecen y un buen día ese pequeñín que dejas todas las noches en su cuna amanece a los pies de ella o mejor aún, a los de la tuya. Si te has despertado porque un cuerpo extraño se ha metido en tu cama, felicidades, no ha pasado nada, bueno, a parte del susto que te vas a llevar. Y si, podría ser peor despertarte porque oyes un plom, seguido de un llanto desconsolado.
Tanto si has tenido suerte como si no, está llegando el principio del fin para la cuna. Adiós cuna, hola cama. Si estás en ese momento aquí te dejo algunos consejos para hacer más fácil la transición de la cuna a la cama.
No precipitarse
Está claro que a la cuna no le queda mucho tiempo, pero es posible que aún quede mas del que piensas. De hecho, que se haya bajado de la cuna no tiene por qué significar que quiera irse de ella. ¡Ahora ya sabe como salir y es muy divertido!
Preguntadle a ver si quiere dormir en cama de mayores (si es que sabe qué es eso, claro) y comprobad si realmente la cuna se le está quedando pequeña.
No tengáis prisa para pasar a la siguiente "fase". Muchas veces somos nosotros los que queremos verles crecer y el paso de cuna a la cama es como bastante significativo. Respetad sus tiempos, ya habrá momentos de sobra. Y recordad que una vez desaparecida la cuna ya no habrá cesto donde ir dejando los trescientos peluches que va a ir recopilando vuestro hijo en los primeros meses.
Una solución intermedia
El desembolso para una nueva cuna puede ser considerable, sobre todo porque muchas veces se hace necesario cambiar el dormitorio o parte de él. Si tenemos más hijos esto puede ser un gasto importante o como ocurrió en nuestro caso, si cambiábamos a uno teníamos que cambiar al otro y aún no era momento.
Por ello, existe cunas o soluciones intermedias para estas situaciones. En nuestro caso, a la cuna le podíamos quitar uno de los lados y dejarla abierta, a parte de que se podía bajar lo suficiente como para evitar golpes fuertes.
No comprar algo muy pequeño, mirad al futuro
Como dije antes, un dormitorio nuevo no son dos duros. Y sobre todo si hablamos de más de un hermano.
En el mercado hay diversas soluciones para iniciarse en el maravilloso mundo de las camas sin barrotes ni móviles colgando de las paredes. Así tenemos:
Las camas para niños: iguales o un poco más grandes que una cuna, pero más pequeñas que una cama estandar. Presentan la ventaja de ocupar menos espacio que una cama normal y pueden usarse como solución de transición. Para mí, su inconveniente es que vas a tener que cambiarlas como mucho en dos o tres años, algunas no son nada baratas y no en todas partes podemos encontrar sábanas que no sean de bebé (y cuando te pidan unas de espíderman o similares prepárate a dar vueltas)
cuna a tres bandasCamas juveniles: de 90cm como anchura media y diferentes largos. Su ventaja es que van a poder usarlas hasta que te convenzan de nuevo para que les cambies la habitación (pero vamos, tienes aún para unos cuantos años). El inconveniente es que suelen ser altas y hay que tomar medidas de protección sino queremos terminar en urgencias, son grandes y quitan espacio de juego en la habitación, sobre todo si hay más de un hermano y es posible que vuestro hijo se sienta perdido al principio ya que las referencias que tenía hasta entonces como paredes, cabecero, etc han cambiado y ahora están más lejos.
Evitar alturas
Con ello me refiero a las camas en litera. Mi opinión es que hasta los seis o siete años no se les ponga en litera, o al menos en la superior. En mi caso lo teníamos claro, queríamos poder dormir sin miedo a accidentes serios. Tienen la ventaja de que ocupan menos espacio y se pueden encontrar de diferentes tipos y diseños, algunos muy ingeniosos.
Se acabó la tranquilidad. Siempre y cuando la hubiera antes, claro...
Si tenéis un bebé de esos, vamos a llamarle tranquilote, de los que cuando se despiertan se pueden quedar un rato en la cuna jugando con lo que pillen, tengo malas noticias. Ahora tu bebé está suelto, ya no hay unos barrotes que eviten que salga de exploración por los dominios de su habitación, visite las lejanas tierras del salón, las peligrosas cataratas del WC o bidé y salga a cazar a ese extraño ser que produce esos extraños sonidos (esos que los mayores conocemos como ronquidos). Por supuesto, como buen explorador, sus viajes tienen que hacerse a primera hora, es decir, que nos lo podemos encontrar a las 6 de la mañana peleando con los cojines del salón o comprobando si estamos despiertos, por el infalible método del dedo en el ojo (su dedo, tu ojo).
Y no podemos olvidarnos de que un exceso de ruidos extraños puede provocar la curiosidad del recién ascendido a niño grande hasta el punto que nos aparezca en medio de una escena en la que tengamos que dar ciertas explicaciones para las que quizás no nos hayamos preparado.
Refuerzos para ayudar al cambio
Como dije antes, no conviene forzar a nuestro hijo a cambiar de cama.Pensad que estáis metiendo a un niño en un sitio donde para nada quiere estar y que puede bajarse sin demasiado esfuerzo.
Por ello, cuando veáis que está preparado puede que haya algunos truquillos para que termine de convencerse: La mascota ahora puede dormir con nosotros. Si tenéis un animal puede ser una buena idea permitirle que duerma en la cama de vuestro hijo. Aunque si se mueve como los míos le auguro muy malas noches al pobre amigo peludo.
Llevarle a comprar la ropa de cama. Es muy probable que no elija el mismo modelo que nosotros hubiéramos elegido, pero seguro que lo agradece muchísimo y se siente muy mayor al poder comprar su propio edredón de la que sea la película de animación famosa en ese momento (si no os gusta la película quizás sea mejor dejarlo para un poco más adelante que se pase la euforia) Que os acompañe a comprar la cama nueva. Aquí mejor cogerlo con pinzas. Yo os aconsejo que antes vayáis vosotros al sitio para ver que modelos hay, porque os aseguro que si hay alguna roja fuego o amarillo pollo, rosa princesa, con luces brillantes y cintas por todas partes, será justamente esa la que quieran. Y una funda nórdica es asumible, pero una cama... Una lámpara de noche. Ahora puede levantarse solo, así que por qué no una nueva lámpara para poder ver en la oscuridad. Creedme, es más por vuestro bien que por el de él, ponerse a recoger una estantería de piezas de lego o todo el cubo de juguetes volcado a las tres de la madrugada no es agradable. Decorar toda la habitación con sus temas preferidos. Ahí ya cada uno como mejor se le de el tema. Y si todo falla, siempre está la cama de papá y mamá.
¿Algún consejo más para hacer más fácil la transición de la cuna a la cama?
Fuente: http://www.bebesymas.com
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