6/12/14

¿Cómo percibimos los adultos los llamados trastornos de la conducta infantiles?

En la Primavera pasada los pediatras andaluces se reunían en unas jornadas profesionales, y - entre otros temas - abordaban el preocupante incremento de la prescripción de antipsicóticos a niños, como "remedio" para los trastornos de conducta. En el post enlazado mencionaba yo al conocido neurólogo norteamericano Baughman, quien no tiene reparos en afirmar que ‘dónde se necesitaba solo el sentido común, la disciplina y la responsabilidad del maestro, la psiquiatría y las grandes empresas farmacéuticas han sido involucradas’.

Tiempo atrás, en un post sobre un trastorno que recién hacía su aparición en el DSM 5 (el DMDD), cité a un psiquiatra y psicoanalista argentino (José Sahovaler) con especialización en población pediátrica: en su opinión ‘cuando los niños son etiquetados por tener un berrinche, se pierde la pregunta sobre qué les está pasando realmente’ (y se abre la puerta a la dispensación de fármacos que pueden tener efectos secundarios negativos).

Ayer mismo volvíamos a leer noticias sobre el profesor de Medicina y Farmacología Clínica danés Peter Gøtzsche. No es la primera vez que un experto alerta contra el uso indiscriminado y abusivo de medicamentos en general; pero en esta ocasión me ha llamado la atención que vuelva a avisarnos sobre la gran cantidad de escolares norteamericanos que están diagnosticados con TDAH (un 11 por ciento).

Gøtzsche dice que los fármacos que les son prescritos actúan como la anfetamina o la cocaína, y sólo mejoran el comportamiento en clase, pero no su rendimiento escolar, además pueden producir lesiones cerebrales. Me permito ahora recordar esa noticia que nuestros compañeros de Bebés y Más lanzaron en su día, haciendo referencia a la revelación por parte del propio “inventor” del TDAH (Leon Eisenberg) acerca de que se trata de una enfermedad ficticia.

Pues la verdad, para ser ficticia continua estando muy de moda, así como los tratamientos que se prescriben a los “afectados”, y no me atrevo a decir si existe o no, pero lo que si que se ha evidenciado mediante estudios, es que nos encontramos ante una situación de sobrediagnóstico

Es sabido que en ocasiones la medicación tiene como finalidad “reducir molestias” para los adultos, molestias derivadas del comportamiento de unos niños que pueden resultar incómodos. Dicho así puede resultar duro, así que se admiten correcciones.

Eso sí, si algo bueno nos ha traído la LOMCE es establecimiento por ley de atención educativa (educativa no es igual a farmacológica) a los niños que tengan algún tipo de necesidad especial como altas capacidades intelectuales, TDAH, dificultades específicas de aprendizaje, etc. No cabe duda que tras los recortes en educación, poner en marcha esas medidas, resultará complejo, pero para empezar la declaración de intenciones ya es importante, conociendo el recorrido que muchas familias han debido realizar para conseguir un simple dictamen.

Toda esta maraña de citas puntuales en las que muchos no veréis conexión, me sirve para recordar que los niños actuales demandan una atención por parte de sus familias que quizás no tengan, que además han sido separados del medio natural (que entre otras cosas sirve para evitar la sobreestimulación), y que a veces son observados con lupa (no vaya a ser que veamos un poco de imperfección en ellos) para después pasar a hacer caso a recomendaciones de expertos que quizás no les beneficien.

¿Creéis como Laura Perales que se nos está olvidando permitir que nuestros hijos vivan? ¿cuál es la clave en el abordaje de todos estos trastornos? ¿no estamos situando a estos últimos como enfermedades tratables en lugar de lo que puede que en realidad sean (problemas educativos, sociales, familiares…)?

Fuente: http://www.pequesymas.com
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