Mi nivel de conocimiento del cerebro infantil es bajo tirando a pobre, aunque en los últimos meses se ha despertado un interés en mí, que intento alimentar leyendo libros especializados, a sabiendas - eso sí - de que jamás estaré a la altura de los profesionales que estudian o están familiarizados con este órgano complejo, apasionante y desconocido.
Quizás por este desconocimiento me surgen dudas, quizás por ello me cuestiono algunas cosas… no sé. Digo esto porque recientemente de un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Murcia, se desprende la afirmación de que “la impulsividad es un factor de riesgo para el desarrollo de serios problemas de conducta”.
Parecerá un poco simple lo que voy a decir, pero ¿no os parece que precisamente la impulsividad y la búsqueda de placer inmediato están ligados intrínsecamente a la infancia? No sé porque tenemos que analizar esto con connotaciones negativas. Pero os cuento más sobre el estudio que motiva este post.
Luis J. Fuentes es el autor principal del estudio, y quien explica que “entre los niños con un desarrollo típico, se observan diferencias individuales en su interacción con el medioambiente”
Los expertos han pedido a un grupo de padres que respondieran unas cuestiones relacionadas con la conducta impulsiva de sus hijos; y tras las respuestas, los niños participantes fueron ‘clasificados’ (suena un poco feo, en mi opinión) según su comportamiento impulsivo.
Con estos resultados en la mano, se utilizaron técnicas de neuroimagen para estudiar los patrones de conectividad cerebral, analizándolos con el nivel de impulsividad percibido en los niños.
Comprobamos que cuanto mayor era el nivel de impulsividad de los niños, mayor era la alteración en las conexiones entre el córtex cingulado posterior y el giro angular derecho (entre estas por separado y las áreas que se activan cuando se realizan tareas cognitivas), que también se observa en personas con conducta antisocial
Algunos matices
La impulsividad se tipifica como rasgo básico de personalidad que provoca dificultades para inhibir la respuesta ante un estímulo, y predispone a reacciones no planeadas sin tener en cuenta consecuencias negativas.
Pero también os tengo que contar algo que me ha parecido interesante es que los investigadores afirman que lo que perciben los padres sobre el comportamiento de los hijos, se refleja en sus patrones de conectividad cerebral, y esta es una información que permite comprobar a nivel neutoanatómico lo que se observa cotidianamente. ¿Habéis oído hablar de la “profecía autocumplida”?
No me dejo sin contar que la muestra se componía únicamente de 24 individuos, así que o el universo de población se componía de un grupo cerrado de niños (una clase por ejemplo) o podría ser nada representativo. En cualquier caso parece que desde hace unos años, los expertos asocian altos niveles de impulsividad con problemas de conducta, y podría ser característica de niños con déficit de atención e hiperactividad, o de aquellos que presentan rasgos de personalidad antisocial.
Hacen bien en matizar que estos ‘problemas, se presentan desde hace unos años, y me gustaría saber si a alguien se le podría ocurrir liberar de cargas extracurriculares y obligaciones innecesarias teniendo en cuenta la edad a esos niños, para después volver a analizar a esos a los que etiquetamos como con problemas de conducta. Tengo curiosidad por saber si dejando ser niños a los niños, y eliminando factores causantes aún se presentarían estos diagnósticos.
Y también tengo curiosidad por saber si la aceptación por parte de los padres modificaría el comportamiento infantil, para ello quizás debiéramos desterrar el uso de etiquetas, o positivizar (por ejemplo ‘insistente’ en lugar de ‘pesado’; ‘inquieta’ en lugar de ‘revoltosa’, etc…).
Fuente: http://www.pequesymas.com
Leer más: http://www.pequesymas.com/desarrollo-social/nuestra-percepcion-sobre-el-comportamiento-de-los-hijos-se-refleja-en-sus-patrones-de-conectividad-cerebral