30/5/15

Parentalidad positiva

Cómo ser mejores padres

Un día cualquiera llegas tarde del trabajo y aún tienes que poner dos lavadoras, hacer la cena, duchar a tus niños y un sinfín de cosas más que no te dejan tiempo ni para atenderte a ti mismo. Empiezas a preocuparte porque notas que no hablas lo suficiente con tu pareja y tus niños van creciendo y cada vez necesitan más cosas. Y no solo hablamos de las necesidades básicas como comer, vestirse o las actividades extra…

¿Os habéis sentido identificados alguna vez con una situación como esta? ¿Pensáis que no lo estáis haciendo lo suficientemente bien con vuestros hijos? ¿Habéis oído hablar de la parentalidad positiva? En este artículo sugerimos una serie de actitudes y valores para que transmitáis a los pequeños y puedan desarrollarse lo mejor posible en el hogar, en el colegio, con los amigos y en la comunidad. Porque sabemos que es difícil: la sociedad acelerada envuelta en la era digital, la combinación de horarios en los ámbitos familiar y laboral, el hecho de que ambos padres trabajen… ¿Cómo lo hacemos?

Con un poco de esfuerzo al principio, podemos llegar a coger ciertas rutinas como por ejemplo, ser más cariñosos con ellos, hablar de vez en cuando de lo que les preocupa, dedicar alguna hora a pasar tiempo saludable con ellos (no solo ver la tele o estar juntos en el sofá), etc. En definitiva, seguir unos pautas sencillas en la educación de nuestros hijos.

-Estableced unos vínculos afectivos cálidos. Hacedles sentir que cuentan con vuestro apoyo, que se les quiere. Utilizad los abrazos y las caricias. Proporcionadles seguridad haciéndoles ver que estamos ahí para cuando nos necesiten. Transmitidles vuestra alegría y compartid vuestras emociones en familia también puede ser muy beneficioso para su desarrollo. Os invitamos a recordar nuestro artículo respecto al contagio emocional de padres a hijos.

-Estructurad su entorno. Estableced unas rutinas y hábitos donde puedan aprender normas y valores; estas le darán seguridad y podrán extrapolarlas de cara a su desarrollo en la sociedad. Recordad que las normas tienen que tener una explicación coherente y ser negociadas con el niño en la medida de lo posible. No hay que perder la visión de que somos sus padres pero también hay que ser justos con ellos. Las normas funcionarán mucho mejor si son familiares y consensuadas en grupo y, sobre todo, si somos un ejemplo para ellos cumpliéndolas antes.

-Fortaleced su autoestima. Estimuladles a hacer cosas nuevas y dadles apoyo. No pasa nada si se equivocan, aprenderán de estos fallos y les servirá para avanzar. Fomentad el desarrollo de sus fortalezas y la mejora de su atoconcepto elogiando sus proezas y logros. Sobre todo, permitidles que a medida que vaya creciendo vayan tomando sus propias decisiones.

-Hablad, dialogad, conversad… Escuchad sus inquietudes y preguntadles por ellas. Mostrad interés por el mundo que les rodea. Haced parte activa de las conversaciones de la familia y no les juzguéis por lo que piensen. Orientadles y ayudadles a que vayan por buenos caminos.

-Educad sin violencia. Evitad cualquier tipo de castigo físico o psicológico que perjudique al niño. Ponedles límites y que tengan sus consecuencias, pero que no aprendan a resolver las cosas haciendo daño a los demás.

Para trabajar todas estas pautas existen también escuelas de padres presenciales y escuelas online a través de blogs que enseñan a mejorar las habilidades que tienen estos para enfrentarse a las distintas situaciones que se encuentran en casa, donde pueden trabajar en grupo y enfrentarse a situaciones similares a la suya.

Hablando de competencias, os mostramos el calendario de este año de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres (CEAPA) para trabajar con alumnos de 6 a 12 años. A través de pequeñas tareas repartidas a lo largo de todos y cada uno de los días de este 2015, podréis ayudar a vuestros hijos a dominar una serie de competencias básicas. Desarrollarán así habilidades y capacidades para enfrentarse a diferentes situaciones que les vayan surgiendo en la vida. Son actividades muy fáciles y que no requieren ni de gastos desorbitados ni de mucho esfuerzo.

Por último, recordad que nosotros, como padres -pero primeramente como personas que somos-, también tenemos derecho a estar mal, tristes o enfadados. Intentaremos evitar que esos estados se generalicen por mucho tiempo o que nuestros hijos lo noten en demasía. Intentad también buscar momentos de relax que os proporcionen descanso y disfrute personal. Si vosotros estáis bien, el resto es camino fácil.

Autor: El rincón psicoeducativo
Fuente: http://espectacularkids.com
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