29/11/10


¿Miramos A La Luna, Mamá?

Como el tiempo en estos días no ha tenído muy buena cara, y el fin de semana ha decidido estar más en casita. Es posible que haya visto películas con palomitas en la tele, preparado una comida especial, disfrutado de buenos churros acompañados por un buen tazón de chocolate, pero sobretodo debe haber disfrutado de estar en familia y de hacer cosas tan sencillas y especiales como mirar la luna desde el cristal de la ventana.

Si hay algo que nos atrae a todos en casa, eso es la luna, especialmente cuando está llena. A los pequeños le encanta sentarse en el mirador de su casa para observar la luna. Eso suele ser muy relajante... Al principio, de tanto mirar al cielo se acaba dormida en su cojín. Ya crecidos un poco, les dá por dibujar y colorear la luna.

¡Qué difícil hacerla tan redonda! Luego, se intenta sacar fotos como si quisiera apoderarse de su luz. Con el tiempo, otras cosas llamaban más la atención y la luna fue dejando de ser tan importante.

Aunque no mirara tanto a la luna como antes, seguirá manteniendo su interés por ella. Se empieza a mirar la luna a través de los libros, de los cuentos y leyendas. Pienso que la luna ejerce una fascinación y atracción especial en los niños. Aunque en sus dibujos ellos reflejen más el sol, la luna es siempre algo inalcanzable en su imaginación y en sus deseos. Algo así como un baúl de sorpresas.

Los expertos dicen que la luna tiene poder sobre nuestros comportamientos, sobre nuestro estado de ánimo y carácter. Yo diría que la luna, como nosotros, tiene sus fases. Al igual que la luna muchas veces nos sentimos llenos y plenos, y en otros momentos más retraídos o más abiertos. De un modo o de otro, cuando nos encontramos en familia, no es necesario hacer grandes cosas o grandes esfuerzos para sentirnos colmados. Un simple encuentro con la luna, por ejemplo, puede convertirse en un motivo de celebración, ¿no crees?