A menudo los padres ayudamos a nuestros hijos a construir sus primeros recuerdos: aquellos relacionados con las experiencias que estos vivieron cuando eran bebés. Son los peques los que nos preguntan pequeños detalles, y también son ellos los que (como le sucede a mi hija) manifiestan que se acuerdan de vivencias a partir de los dos años, mientras que no recuerdan lo que pasó antes.
Podemos inventar explicaciones que nos ayuden a comprender ‘por qué sucede esto’, pero ¿qué sabemos sobre la memoria? Personalmente he podido aprender un poquito más acerca de cómo los recuerdos influyen en el comportamiento o emociones de los niños, ha sido leyendo ‘El cerebro del niño’ que hemos presentado aquí. Y ahora os quiero hablar acerca de un estudio que el doctor Frankland (Universidad de Toronto / Hospital SickKids), ha presentado recientemente, y en base al cual afirma que el rápido desarrollo del hipocampo durante los primeros años de la vida, puede ser responsable de esa especie de ‘amnesia’.
El hipocampo es una de las principales estructuras de ese órgano tan complejo que es el cerebro. Sus funciones principales son la ‘grabación’ de las experiencias, y su reproducción mediante indicadores que nos ayudan a recuperarlas. Al parecer, el desarrollo de nuevas neuronas mientras somos bebés, consume mucha energía, lo cual inhibe la función de ‘reproducción’.
Al proceso de formación de nuevas neuronas en el hipocampo se le llama neurogénesis, sobre él sabemos que su punto máximo es alcanzado antes y después del nacimiento, mientras que durante la infancia y la edad adulta va disminuyendo
La motivación de P.W. Frankland para desarrollar esta investigación ha sido intentar probar que el desarrollo intenso del hipocampo provoca una incapacidad para recordar hechos o vivencias procedentes de nuestros primeros años de vida. Este especialista se inspiró en su hija, al observar que meses después de realizar actividades familiares importantes, la niña no las recordaba.
El doctor Eric Kaendel, del Instituto Kavli para la Ciencia del Cerebro de la Universidad de Columbia, admite que el razonamiento de Frankland es razonable, de hecho en la comunidad científica se suele creer que el hipocampo puede tener que ver con ‘este misterio’.
Esta teoría ofrece una pista muy interesante: ‘claramente los recuerdos están almacenados, pero es muy probablemente que cuando estos pertenecen a nuestra etapa de bebés, el hipocampo no puede hacer nada por encontrar dónde están’. Así, los niños muy pequeños pueden recordar cosas recientes, pero no sucesos a medio largo plazo, y con el paso del tiempo seguimos sin poder acordarnos. Otra cosa es que los padres ayuden a los niños a saber detalles, pero en cualquier caso, no es un acto de ‘reproducción’ natural, sino más bien de una ‘construcción’.
Y precisamente acerca del papel de los padres, menciona David Haley (profesor de psicología infantil en la Universidad de Toronto), que no debemos banalizar las experiencias en los primeros años, o despojarlas de su importancia para la memoria. Esto es porque los recuerdos con un componente emocional marcado sí que tendrán peso en el desarrollo de nuestros hijos.
Haley advierte que las pruebas desarrolladas por Frankland, tienen mucho que ver con la memoria espacial, pero no con otros tipos de memoria.
La investigación también explica que el hipocampo transfiere datos a la corteza cerebral mientras dormimos, y que la corteza tiene un papel importante en la elaboración de recuerdos a largo plazo.
Fuente: Pequesymas
Link Original: http://www.pequesymas.com/desarrollo-del-nino/sabes-explicar-por-que-no-guardamos-recuerdos-de-nuestros-primeros-anos-de-vida