Cuanto más conscientes somos de nuestra capacidad para educar a los niños, más se hace necesario ayudarles a desarrollar habilidades que les serán útiles para mantener relaciones sociales satisfactorias.
La asertividad es una de esas habilidades y adquirirla es tan saludable para nosotros mismos como para los demás. ¿Asertividad?, si efectivamente, hablo de esa capacidad de la que muchas veces incluso carecemos como adultos.
Seguro que ya sabéis cómo se comporta una persona asertiva: sabe decir ‘no’ o manifestar su opinión hacia situaciones, hechos, comportamientos; sabe pedir favores y reaccionar ante un ataque (físico o verbal); ser capaz de manifestar eficazmente sentimientos.
Ahora ya no parece tan fácil ¿verdad?: nos da vergüenza decir ‘no’, nos irritamos y perdemos ‘los papeles’ cuando recibimos un ataque, o escondemos nuestros sentimientos.
En general se podría hablar de posturas agresivas, asertivas o pasivas, incluso de personas agresivas, asertivas o pasivas. Si nos atenemos a la definición que la psicóloga Olga Castanyer nos da de la asertividad, puede que nos convenzamos un poco más de que es importante trasladar a nuestros hijos la importancia de esta actitud.
Es la capacidad a autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular y sin manipular a los demás. Las personas asertivas buscan acuerdos de forma positiva, las agresivas imponen a los demás, las pasivas… se dejan pisar. Yo tengo claro qué postura es la más saludable para mí y para mis hijos
Consejos básicos
Que yo sepa ningún padre tiene un manual de instrucciones para educar a sus hijos, obviamente no lo necesitamos y si lo tuviéramos no sería nada adecuado utilizarlo: las personas no son máquinas. La experiencia como adultos y el sentido común son dos buenos puntos de partida en esta emocionante tarea de educar a los niños.
Premisas de partida
Los padres siempre estamos educando, incluso cuando no hablamos con los niños, así que es importante cómo nos comportamos con el exterior. En resumen: ¡demos ejemplo!, si no somos asertivos, primero deberemos trabajar esta capacidad en nosotros mismos, después trasladarla.
Para dar más seguridad a los niños no juzguemos su comportamiento, ni les ridiculicemos por no tener las capacidades que querríamos para ellos. En el fondo todos desearían ser asertivos, ¿por qué no ayudarles a descubrir y mejorar sus errores? Traducido: mejor que ‘¡qué torpe has sido! ¿es que no sabes decir que no?’, utilicemos un ‘así que te has sentido mal cuando no has podido expresar tu opinión, ¿qué crees que te ayudaría la próxima vez a conseguirlo?’
Ayudando a los hijos
Lo primero a tener en cuenta es permitir la expresión de emociones, es la mejor manera de que sepamos cómo se sienten los niños en su relación con sus iguales, y de que ellos se perciban a sí mismos de una forma que les permita hacer cambios.
Dejemos que los niños se relacionen sin tu ayuda: ellos saben pedir, negociar, negar, respetar, opinar… y si no, tengamos en cuenta que de equivocarse también se aprende, y que también saben que cuentan con nosotros para ayudarles a desarrollar las capacidades más positivas.
Los padres nos ocuparemos de la parte del trabajo que se realiza en familia, para ellos es el contacto con el mundo
No manipulemos las ideas o percepciones de los niños: son suyas, no tenemos derecho a hacerlo. Sí podemos expresar nuestra postura ante ellas, incluso nuestra disconformidad, es decir, nuestra opinión.
Cualquiera que no sepa expresar su opinión y se vea arrastrado por los demás se siente decepcionado consigo mismo. ¿Cómo ayudar a nuestros hijos a que manifiesten su postura ante el grupo?, podemos mostrarles ‘formas de decir no’ o de elaborar las frases.
Uno se tiene que defender por sí mismo: es mucho mejor ‘no estoy de acuerdo en que estéis molestando siempre a Juan’ que ‘si supierais lo que piensa mi padre de los abusones…’
Si ‘vuestro hijo se deja’ el juego de roles es muy útil para aprender asertividad: aprender en casa formas de mirar a los demás, de expresarnos con el lenguaje corporal, de utilizar distintos tonos de voz, etc. ayuda a que después podemos utilizarlo con otras personas más efectivamente.
Ser asertivo significa (entre otras cosas) quererse mucho a uno mismo, pero respetando y valorando a los demás, así pues la asertividad está muy relacionada con la empatía, de la que ya hemos hablado. Esta última es una capacidad cada vez más necesaria en una sociedad en la que los niños aprenden muchas cosas, pero entre ellas no está pensar en los demás.
Fuente: Pequesymas
Link original: http://www.pequesymas.com/desarrollo-afectivo/consejos-para-padres-que-quieren-ayudar-a-los-ninos-a-ser-asertivos